Me llega un nuevo testimonio de Cristina, una mujeraza a la que he tenido el gusto de acompañar en su embarazo y ahora de seguir disfrutando de ella y sus dos preciosas hijas jugando y cantando juntas.

Quiso parir en el hospital y así lo hizo, llegando de 9 centímetros! es una muy buena opción ;-).
Espero que lo disfrutéis.

Desde luego que es totalmente diferente la vivencia que tenemos cuando estamos desde otro lugar, que no el del sufrimiento o la indefensión, pudiendo comunicar lo que queremos en todo momento. Y por supuesto que se nos respete. Justo estamos en la Semana Internacional del Parto Respetado (del 20 al 27 de mayo), para difundir la conciencia de que las mujeres tenemos derecho a parir a nuestros hijos en libertad y respetando nuestros tiempos. Tenemos derecho de disfrutar de nuestros partos y nuestros hijos de nacer acompañados y sin violencia. Tenemos derecho de empoderarnos y renacer!!! os lo recomiendo de corazón porque la sensación de que somos capaces de cualquier cosa deberíamos vivirla todas las mujeres, así verdaderamente el mundo sería un lugar mejor.

A ello!

“El pasado 9 de septiembre di a luz a mi preciosa hija Mar.
Deseaba hacer parto natural, dilatando en casa y haciendo el alumbramiento en el hospital, pues asi lo habia hecho con mi primera hija y aunque me motivaba más quedarme en casa a hacer el alumbramiento, mi pareja preferia hospital y me fui para allá cuándo sentia una enorme presión en la pelvis (y es que ya llegué de 9 cm al hospital  todo fue muy rápido y muy sencillo)

Como ya tenia la experiencia de mi hija la mayor, cuándo me sentí rara, me cogi mi cuaderno de visualización del cuello del útero, mis flores de bach para ayudarme en la ruptura, mi pelota de pilates, mi musica-mantras, mi incienso y mi voz para acompañarme en el proceso.

Me pasé 3 horas caminando por los pasillos como en trance, dándome golpecitos en las mejillas para relajar la mandíbula,  acompañada por la música y de la expulsión del Aire en cada respiración profunda diciendo AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH y SCHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH para liberar el dolor y abrir…………. y cada vez se fue suavisando más y más.

 Hasta mi hija de 5 años me acompañaba cada vez que me llegaba una OLA haciendo el mismo sonido. Entre tanto puse de merendar a EVA preparé su mochila para quedarse a dormir con los abuelos, la ayudé a que pintara un dibujo hermosisimo con sus manos acerca del parto que estábamos viviendo en esos momentos y lloré muchisimo en señal del duelo de lo que dejaba y por tener que dejar sola a EVA NO me queria separar de ella, quería estar arropada por su calor….

En todo momento estuve conectada con mi bebé Mar de forma telepática diciendola que lo estabamos haciendo muy bien que la esperaba afuera para abrazarla y de hecho cuando me la saqué con mis propias manos, la canté una canción que me inventé en el momento, me salió sola acompañada de toda la emoción y vibración de tenerla en mi pecho!!!!!

En el hospital siendo que estuve trabajando algun registro de partos mucho más sufridos pues hice un trabajo con luz rosa con la matrona y las ginecologas que vieneron a “sacarme” la placenta, no esperaron mi tiempo, aun asi es increible la entereza y fuerza con la que las hablaba y calmaba para que me dejaran hacer mi proceso, salvo esto, todo lo demás fue mio, sin medicación y totalmente a mi aire…”

Cristina Chamero

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