“Fué maravilloso el vibrar con la voz. Por primera vez sentir cómo mi útero, mis caderas y mis ovarios vibraban al hacer esos sonidos que nos transmitía Esther con tanto amor… Llegó el momento del parto, y fué un parto largo… Cuando me puse la epidural dilaté los 10 cm pero Ana no quería salir… Entonces yo le dije a la ginecóloga que quería cantar a mi hija para ver si quería salir… Empecé a cantarle una nana que le había cantado durante todo el embarazo y la transformé en una bienvenida. Y se me ponen los pelos de punta porque después de estar cantando como 20 minutos Ana bajó por el canal de parto… Y así fue como Ana decidió salir, acompañada por mi canto y el canto de todas las mujeres con las que había compartido…”
Un testimonio de parto y nacimiento con las emociones a flor de piel, transmitiendo de corazón a corazón.
Gracias eternas Sandra por compartir vuestro hermoso encuentro, esa bienvenida a la vida tan consciente que le regalaste a tu hija y que también te regalaste como mujer. Un honor para mí haberos acompañado en el embarazo. De corazón sabes que lo es.