Me emociono y se me llena de alegría el corazón al leer los testimonios que me enviáis!!!
“Adriana avisó de que ya estaba preparada para nacer el viernes 28 de junio de 2013 a las 00 de la noche. La alegría inundó todo mi ser y simplemente me dispuse a recorrer nuestro camino juntas hasta que se diera el tránsito desde mi útero a mis brazos de mi pequeña. Me sentía preparada gracias a la poderosa herramienta que había compartido Esther conmigo durante meses.

Las matronas del hospital Puerta de Hierro se mostraron muy respetuosas ante mi proceso y se sorprendían de lo preparada que estaba cada vez que me veían cantar una ola (canto prenatal, Esther, gracias). A las 5 horas yo seguía con la misma dilatación y Adriana seguía en el segundo escalón. En ese momento me comunicaron que no podían esperar más y que tenían que intervenir y ayudarme y todo se complicó un poco pasando al final por todo aquello que en mi plan de parto no quería hacer (rotura de bolsa, oxitocina, maniobras, forceps y epidural). Pero Adriana y yo conseguimos seguir conectadas a través de la voz, de las vibraciones internas que nos unían y del canto.
Toda la unión de las almas de mi bebé y mía que se había estado gestando durante mi embarazo se concentró en aquel momento y adoptara la forma que adoptara nuestro nacimiento era un momento perfecto y único porque traía a Adriana a mis brazos. Por fin, a las 19:01, cuando Adriana asomó su cabecita con los forceps, la doctora me dijo: “Ya está aquí sácala tú misma”. Me incorporé, la cogí: “Mi niña, mi niña”, lloré (lloramos) de felicidad y, en mi pecho, le cantamos a nuestra pequeña la nana que le habíamos compuesto y cantado durante el embarazo.
La voz, las vibraciones, las canciones nos acompañaron de principio a fin. Gracias Esther por dar tanto… Seguimos cantando y bailando juntas y pronto seguiremos cantando contigo!”
Juncal